sábado, 9 de diciembre de 2017

Anne Bonny



Por fin llegó la que faltaba, el antro se me está llegando de piratas, pero los jodidos pagan muy bien el alquiler y por aquí siempre serán bien recibidos. La dulce y feroz Anne ya está aquí y se ve que le ha gustado este viejo upyr que redacta muy humildemente estas escuetas líneas. Aprovecharé que le he caído bien para contarles su historia y si surge algo ya veremos lo que pasa, la moza está de muy bien ver.
Su padre William Corman era abogado, pero era un hombre casado; por lo tanto Bonny fue una hija bastarda. La esposa de William al dar a luz contrajo una enfermedad y se le aconsejó que cambiase de aires. Marchó a unas millas de su domicilio y se fue a vivir una temporada con su suegra. El marido se quedó en el hogar para poder seguir atendiendo sus asuntos. La criada, Mary Brennan, era una joven atractiva y la pretendía un joven curtidor del pueblo. Un día aprovechó un descuido de Mary y se metió tres cucharas de plata en el bolsillo. La criada lo acusó de haberlas robado, pero él lo negaba, por lo que ella lo amenazó con acudir a la policía.

El curtidor intentó apaciguarla para que no acudiera ante la justicia pidiéndole que buscara en otros cajones, asegurándole que las encontraría. En un descuido pasó a la habitación donde dormía la criada y escondió las tres cucharas entre las sábanas de la cama. Estaba convencido que al acostarse las encontraría y él haría pasar el incidente por una broma. Pero al marcharse de la casa, la joven acudió a la policía y denunció el robo. El ladrón se puso nervioso cuando recibió la notificación de que el alguacil lo buscaba, pensaba que la criada tenía la intención de quedarse con las cucharas y atribuirle el robo, por lo que decidió ocultarse.

Mientras tanto, la señora de la casa se había recuperado de sus dolencias y decidió regresar en compañía de su su suegra. La primera novedad que recibió fue la desaparición de los cubiertos y como había ocurrido; la criada le contó también que el autor había huido. El joven se enteró de que la señora había regresado y acudió directamente a ella. Le contó toda la historia, siempre manteniendo la tesis de que todo había sido una broma. La mujer al principio no lo creyó, pero fue a la habitación de la criada y entre las sábanas encontró los tres cubiertos. Dedujo que la criada no había dormido en su cama desde su marcha, empezó a sentir celos y a tramar su venganza; ya que las mujeres raramente olvidan los agravios de esta naturaleza.

Le dijo a la criada que esa noche ella iba a dormir en su cama, ya que su suegra lo haría en la suya y ella debería pernoctar en otra parte de la casa. Al hacer la cama, Mary encontró las tres cucharas, pero tenía sobradas razones para no decir dónde las había encontrado. Las volvió a guardar en su cofre con la idea de dejarlas luego en otro lugar donde pudieran ser descubiertas por casualidad. La dama corroída por los celos no podía conciliar el sueño, sintió ruidos en la habitación y oyó la voz de su marido que le susurraba:"¿Mary, estas despierta?. Él se metió en la cama y aquella noche hicieron el amor apasionadamente, pero la mujer sabía que las caricias no iban dedicadas a ella, echo que la indignó aún más. Por la mañana abandonó furtivamente la cama y le contó todo a su suegra. Despechada llamó a la policía y acusó a la criada del robo siendo llevada ante el juez siendo detenida. William se enojó tremendamente con su esposa y después de discutir scon ella, esta se marchó con su suegra; la cual había  tomado partido por la mujer, y nunca más volvió. Mary pasó más de medio año en prisión, donde se supo que estaba embarazada y cuando finalmente fue llevada ante el juez, fue absuelta por falta de pruebas. Dio a luz una niña casi al mismo tiempo que su antigua señora alumbró mellizos; un niño y una niña. La abuela de Anne al morir testó en favor de la esposa legítima y esta le asignó una pensión a su antiguo marido. Pero este vistió a su hija bastarda con ropajes de niño y se la llevó a vivir con él. La esposa descubrió la trama y retiró la asignación, ya que no estaba dispuesta a que el dinero de sus hijos fuera a caer en manos de bastardos. El esposo enfurecido se llevó a la criada a vivir con él creando un gran escándalo en la vecindad, fue perdiendo a sus clientes y antes de caer en la más oscura de las miserias, cogió lo poco que tenía y embarcó con su amante y con su hija rumbo a Carolina del Norte.


Anne of the Indies (Jean Peters), en español  "La mujer pirata", de Jacques Tourneur(1952)

En un principio, el padre de Anne siguió con la práctica jurídica en esa provincia americana pero se introdujo en el comercio y ganó lo suficiente como para comprarse una enorme plantación. Su madre murió y Anne Bonny; ahora adolescente, empezó a ocuparse de la casa. Era de carácter indómito, fiero e inquieto y las malas lenguas decían que con trece años tras un arrebato de cólera, había matado a una sirvienta inglesa con un cuchillo de mesa. Era tan robusta que una vez, un joven intentó acostarse con ella en contra de su voluntad, pero recibió tal paliza que estuvo convaleciente durante mucho tiempo; era una mujer de armas tomar. Mientras vivió con su padre fue considerada un buen partido y se pensaba que haría una buena boda. Pero este modelo de vida, procrear y cuidar de la familia no eran para ella. Había oído hablar de las historias románticas que se contaban sobre  los piratas y con dieciséis años  se enamoró locamente de un marinero de medio pelo llamado James Bonny, quien había coqueteado con la piratería y al que había conocido durante sus habituales escapadas al puerto. Se casó a escondidas de su padre que la desheredó debido a que estaba receloso de su yerno, que lo único que estaba buscando era su fortuna.





 El matrimonio decidió abandonar Charleston y probar fortuna en New Providence (actual Nassau), en las Bahamas. Muy pronto Anne Bonny se hizo  célebre en la isla. Tenía un carácter arrollador, sus modales eran tan vulgares como los de cualquier pirata y, además, era atractiva. Se cuenta también que  participó en numerosas peleas con mujeres, culminando con el asesinato en un duelo con una tal María Vargas; ambas se disputaban el mismo amante, un adinerado comerciante. También cuentan que le arrancó la nariz a una mujer de un mordisco durante una disputa. Además, su marido pasaba largas temporadas fuera de casa a consecuencia de su empleo, lo que provocó que fuera cortejada con frecuencia y que tuviera numerosos escarceos amorosos. Pero fue Jack Rackman quién le robó el corazón, se decía que era un joven atractivo y su temperamento coincidía con el de ella. Anne supo que su marido James era consciente de su engaño con Jack y que había denunciado el caso al gobernador Woodes Rogers, que amenazó con azotarla públicamente. La pareja decidió reunir una tripulación y robar un barco en el puerto, empezando así su carrera en la piratería.



 Fueron tiempos felices y de abordajes relativamente exitosos, aunque sus  primeros botines consistieron en embarcaciones de pescadores. Dicen que en este tiempo Bonny se quedó embarazada he hicieron un alto en Cuba para dejar el bebé al cargo de unos conocidos de Jack. Al poco tiempo la pareja pirata capturó un barco alemán donde un joven extremadamente delicado y bello llamó la atención de Anne. Jack receloso de la relación, aparentemente más allá de la amistad entre Anne y el joven pidió explicaciones. Descubrió entonces que tal joven no era si no otra mujer que se había vestido de hombre, era Mary Read. Hay quien asegura que entonces se inició un triángulo amoroso entre los tres, pero mientras no se demuestre son sólo meras habladurías; aunque cuando el río suena, jejejeje.
Anne Bonny. Grabado de la época.


Con Mary como nueva compañera la fortuna siguió sonriendo a la pareja, ambas mujeres peleaban igual o mejor que cualquier hombre y no hubo problemas con el resto de tripulantes; y si los había, sabía a lo que se atenían. Rodeados de cazapiratas y patrullas de la armada real, en octubre de 1720, un navío dirigido por el comandante Jonathan Barnett a las órdenes del gobernador de Jamaica puso fin a sus días de piratería.
La captura del barco de Rackham fue tarea sencilla, pues la mayoría de los tripulantes, poco precavidos, estaban ebrios y apenas opusieron resistencia. De hecho, la leyenda cuenta que precisamente fueron las dos mujeres las últimas en caer y las únicas que permanecieron en cubierta luchando como diablos hasta que fueron capturadas por la fuerza.





El juicio que se celebró en las semanas próximas  fue muy sonado por todo el Caribe. Subió a los annales de la historia, pues los informes redactados al respecto pasaron a ser el primer documento escrito que habla sobre la existencia real de mujeres a bordo de un barco pirata.
Mientras que Calicó Jack y el resto de la tripulación masculina fueron condenados a la horca, Anne y Mary aseguraron encontrarse embarazadas. Como era habitual en tales casos, la inspección médica de una comadrona confirmó el estado y como no podía ejecutarse a una embarazada sino después de haber dado a luz para no matar al nonato inocente, permanecieron presas a la espera pero a los pocos meses, Mary murió de unas fiebres.
A Anne, a pesar de su condición de prisionera, se le permitió visitar a Jack en su celda antes de que fuese ejecutado, las únicas palabras que la pirata le dirigió  fueron: «Lamento verte así, Jack —dijo—. Pero si hubieras luchado como un hombre, ahora no tendrían que colgarte como a un perro».
Lo más curioso fue que, de la noche a la mañana, Anne desapareció del presidio y empezaron las especulaciones. Unos aseguran que volvió con su marido, algunas fuentes proclaman que fue gracias a la intervención de su padre; el cual convenció al gobernador para llevarla a un convento y ordenarla monja. Otros que dijeron ser sus descendientes  sugieren que su progenitor logró que se evadiera y la llevó a Charleston, donde dio a luz al segundo hijo de Calico Jack. Parece ser que 21 de diciembre de 1721 se casó con un hombre local, de nombre Joseph Burleigh, y tuvieron juntos 8 hijos. Murió en Carolina del Sur siendo una mujer respetable, a la edad de 84 años, siendo enterrada el 25 de abril de 1782. Pero lo único que sabemos ciertamente es que no se supo nada de ella, salvo una cosa, que nunca llegó a ser ejecutada.



Esto empieza a ponerse bueno, Anne me ha dicho que puedo llamarla por su diminutivo Boon y a empezado a coquetear conmigo. Empieza a mirarme fijamente a los ojos y un sudor frío empieza a bajarme por la frente. De reojo veo que Rackman se está encabronando y empieza a acariciar  la empuñadura de su alfanje. Creo que van a saltar chispas, por lo que voy a buscar a mi sarcófago la vieja Katana que me regaló el Shogun Tokugawa, la fémina bien merece una pelea. Hasta la próxima viejos bucaner@s.


                                 Anne Bonny (Clara Paget). Black Sails

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