viernes, 5 de diciembre de 2014

Mohenjo - Daro y Harappa.

Mohenjo-daro, el lugar conocido como el Gran Baño. Se cree que este edificio de 12x6x2,5 mts., estaba asociado a un estamento religioso y se usaba para abluciones rituales.




Hasta 1856, los restos más antiguos que se habían encontrado en la India y Pakistán eran las estupas budistas del norte, datadas hacia el siglo I d.C. Pero en ese mismo año; poco después de que el Imperio Británico se anexionara el Pakistán, se decidió construir una línea de ferrocarril que uniera Karachi y Lahore, encargándosele la obra a los hermanos e ingenieros Jhon y William Brunton. El primero, que trabajaba en el sur, se encontró con el problema de encontrar balasto (gravilla) para las vías del ferrocarril y no se le ocurrió otra cosa que buscarlos en una vieja ciudad en ruinas conocida con el nombre de Brahminabad. Se lo comunicó a su hermano y éste hizo lo propio en otra ciudad abandonada en la región del Punjab, cerca del pueblo de Harappa, que también estaba edificada de ladrillo cocido. 





General Cunningam.
Estos "brillantes" hijos de su tiempo no concedieron ninguna importancia a los vestigios, siendo Harappa desmantelada por completo. El primero en darse cuenta de la singularidad del hallazgo sería el general Cunningham (1814-1893), ingeniero, jefe de provincias del norte, gran amante de las antigüedades y que dedicó toda su vida a fomentar el estudio, la publicación y la salvaguarda del patrimonio indio. En 1860 se fundó el Archeogical Survey of India (Servicio Arqueológico de la India), siendo el general al principio un arqueólogo más y entre 1870-1885 fue nombrado director general de la entidad. Pronto marchó a adquirir unos sellos cuadrados de esteatita que los obreros guardaron después de la destrucción de Harappa y se dio cuenta de la antigüedad e importancia de aquel yacimiento.






J.H. Marshall.
Pero no fue hasta la década de 1920, cuando se retomó la actividad arqueológica con renovado interés. John Hubert Marshall (1876-1958) presidió el Archeological Survey entre 1902 y 1928. Llevó a cabo un amplio programa de actividades y de modernización de métodos de trabajo e incluyó por primera vez arqueólogos indios. Fueron precisamente ellos quienes llevaron a cabo las primeras excavaciones tanto en Harappa; por parte de Daya Ram Sahni en 1920, y Mohenjo - Daro en 1922 , descubierta por R.D. Banerji. En principio éste creyó que aquellos restos pertenecían a la época de los estupas budistas. Pero en las investigaciones posteriores en las que intervino el propio Marshall, revelaron que se trataba de una civilización que se remontaba al 2.500 a.C, tan brillante y desarrollada como las de Egipto y Summer. Las campañas de excavación dejaron al descubierto unas ciudades impresionantes, con más de 100 hectáreas de extensión y una población entre los 40.000 y 70.000 habitantes. Estaban dotadas con murallas de 9 mts. de altura y un perfecto sistema reticular basado en cruces de anchas calles en disposición cardinal. El hallazgo de miles de sellos puso de manifiesto una rica economía y la presencia de un sistema de escritura aún sin descifrar.

El Rey Sacerdote. Escultura encontrada en Mohenjo-daro, datada en el 2.100 a.C. Museo de Karachi.

Mortimer Wheeler.
Después de estos pioneros llegó un nombre mítico e ilustre dentro de la arqueología, Mortimer Wheeler. Dirigió el Archeological Survey entre 1940 - 1944 y condujo la arqueología a la era moderna al dotarla de un sistema basado en la estratigrafía, sobre la que se apoya aún la ciencia arqueológica actual. En sus intervenciones en ambas ciudades llevó a cabo los primeros y seguros registros estratigráficos, con tres niveles para Harappa y hasta nueve para Mohenjo-daro. Modernizó el concepto de la arqueología y la convirtió en una ciencia:" En casi todos los sitios que he visitado hay evidencias de que el trabajo ha sido realizado por aficionados, por hombres ansiosos, sin suficiente experiencia para hacer una buena labor".
Otra de sus grandes aportaciones fue hacer que las excavaciones sirviesen como práctica a los estudiantes. Debido a la  gran diversidad cultural y religiosa existentes entre los arqueólogos, se provocaron serias fricciones. Pero Mortimer supo pronto ponerles freno pronunciando una de sus muchas frases célebres:  "Aquí somos todos iguales; yo no distingo entre sijs, persas, hindúes o musulmanes; todos somos arqueólogos y si a alguien no le gusta, que se vaya".

Con tan sabias palabras de las que muchas personas deberían aprender les dejo por hoy, no sin antes rendir mi más profundo homenaje a todos esos esforzados arqueólogos que recuperaron una de las primeras culturas del mundo: la civilización del valle del Indo.
















Reconstrucción de un granero de Mohenjo-daro.





Las casas eran rectangulares de 50 a 150 mts. cuadrados. Tenían dos plantas y contaban con baños y pozos, organizándose  en torno a un patio. Las ciudades contaban con un excelente sistema de alcantarillado y la ciudad estaba rodeada de un circuito de murallas construidas con ladrillo cocido y llegaban a alcanzar los 9 mt. de altura.
Característicos de la cultura del Indo son los más de 2.500 sellos de esteatita que se han encontrado. Tienen una inscripción en la parte superior en caracteres ideográficos (aún por descifrar), ocupando las tres cuartas partes restantes un animal. Está ante un incensario o altar, a veces atado a él. Puede ser un elefante, un buey giboso, un toro, un rinoceronte, un ser fantástico y a veces un hombre con tres cabezas en postura de yoga. Se supone que eran marcas comerciales o familiares.




el llamado unicornio de Harappa.
















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