jueves, 2 de octubre de 2014

El Enigmático Licurgo.



En la época arcaica de la historia de Grecia (S. VII-VI a.C). la mayoría de las polis se desangraban a consecuencia de feroces luchas entre familias aristocráticas cuya consecuencia fue la subida al poder de los denominados "tiranos". Hubo una ciudad, Esparta, que escapó a ese destino debido a un conjunto de leyes que garantizaron su estabilidad durante largo tiempo.Su artífice fue Licurgo, el mortal elegido por Apolo para transmitir através de su oráculo la Gran Rhetra, las oscuras palabras sobre las que fundamentaron su singular sociedad y su poderio militar. Plutarco lo hace descender de Heracles, por lo que pertenecía a la realeza. Contaba entre sus ancestros con el rey que había sometido a los ilotas (la población de esclavos que trabajaba la tierra de los espartanos) y de Euripón, el soberano que daba nombre a uno de los dos linajes reales que regían la ciudad(la doble diarquía se debe a que Esparta se fundó por la unión de dos asentamientos). Durante su juventud, la polis estaba envuelta en turbulencias sociales y el destino puso el trono en sus manos. Su padre murió apuñalado cuando trataba de dirimir una riña y de que poco después muriera su hermano mayor. Cuando llevaba unos meses en el poder se enteró de que su cuñada viuda estaba embarazada; de inmediato declaró que si el nacido era varón él se limitaría a ejercer de su tutor. Pero la futura madre le propuso en secreto que se desicieran del niño antes de que naciera para casarse con él y reinar conjuntamente, a lo que respondió que se libraría de él una vez nacido. Llegado el día, hizo rapidamente que le trajeran al bebé y llevándolo en sus brazos lo mostró a los espartanos proclamándolo heredero.

Licurgo proclamando al nuevo rey. Carilao.(J.L. Davis)


Este gesto magnánimo le sirvió para atraerse el odio de la familia materna del nuevo soberano que trató de sembrar la calumnia en torno a él, dando entender a cada ocasión que el tutor pretendía usurpar el poder. Hastiado de la situación y para librarse de toda sospecha, se embarcó en un largo periplo por el Mediterráneo oriental, viaje que aprovechó para tomar buena nota de las formas de gobierno que existían en las regiones más prósperas de la región. Visitó primero Creta, la tierra del mítico rey Minos, que gozaba entre los griegos de fama de gran legislador. Allí hizo amistad con Taletas de Gortina (músico y poeta) cuyos discursos "invitaban a la obediencia y la concordia" y al que invitó a viajar a Esparta.
 
Leyes de Gortina, inspiraron parte del código legal espartano de Licurgo.

De allí pasó a Asia Menor, donde tuvo ocasión de comparar el modelo de moderación y austeridad de Creta con los lujos y refinamientos de Jonia; que representaron para él todo lo que se debía evitar. Más provechosa fue su estancia en Egipto, donde según Heródoto en su "Historia", contempló una organización social basada en una casta militar que vivía aparte de los que se dedicaban a las actividades profesionales, el mismo tipo de segregación que instauraría en Esparta. Hay quién opina que también estuvo en Iberia e incluso hasta en la India, donde había tratado con los gimnosofistas (sabios desnudos) con los que siglos después se entrevistaría Alejandro Magno. Pero la etapa más crucial de su viaje fue la que le llevó al santuario de Apolo en Delfos. Allí el dios, por boca de su sacerdotisa la Pitia, le inspiró la gran Rhetra o Gran Pronunciamiento, la ley con la que estaba decidido a reformar la sociedad espartana. En esos momentos su patria vibraba con el temblor de la guerra civil, por lo que muchos de sus conciudadanos clamaban por su regreso. Uno de los reyes había tenido que refugiarse en la acrópolis y era el tipo de situación que desembocaba en la Grecia arcaica con la ascención al poder de un hombre enérgico de acción a través de la sangre. Entró en el ágora con treinta hombres armados para intimidar a los posibles opositores y en vez de convertirse en un tirano, decidió instaurar la Gran Rhetra dictada por el oráculo. Se creó la gerousia o "consejo de ancianos"; los arkhagetes, los "guías del pueblo"( los dos reyes) y la apella o "asamblea de guerreros". Por tanto, estableció un equilibrio entre los dos reyes, la aristocracia y el pueblo; si bien quienes realmente ejercían el poder eran los ancianos y los monarcas, pues la apella se reunía sólo
una vez al mes durante la luna llena y tan sólo aprobaba o rechazaba con sus gritos las propuestas del Consejo. No se limitó sólo a comunicar el oráculo, sino que pretendía refundar la sociedad espartana sobre la base de la plena igualdad de los ciudadanos y para ello redactó una serie de nuevas rhetras que se memorizaban y nunca fueron puestas por escrito.
  En la época del imperio romano se le rindió homenaje dándole su nombre a un tipo de copas, la de la imagen está realizada de nano partículas de oro y plata.

Entre sus decisiones más atrevidas estuvo la de repartir a partes iguales el territorio y anular el valor de las monedas de oro y plata, empleando en su lugar pesadas monedas de hierro; provocando así las burlas del resto de Grecia; esperaba con esta medida desterrar todo atisbo de lujo y riqueza. Impuso una serie de trabas para que los espartanos salieran de su territorio e intentó prohibir el comercio exterior para evitar la entrada de ideas peligrosas. La arqueología demuestra una caída de la importación de los bienes extranjeros durante el S. VI a.C, aunque no llegó a desaparecer. Impuso la obligación de participar en sobrios banquetes comunales, donde el viejo impulso aristocrático de hacer ostentación de prestigio quedaba anulada. Un grupo de nobles se sublevó y lo expulsaron del ágora bajo una lluvia de piedras. Logró refugiarse en un templo donde dio otra vez muestra de su gran talante. Un joven aristócrata llamado Alcandro le sacó un ojo con un bastón. Calmadamente se volvió a la multitud y les mostró su rostro bañado en sangre. El pueblo le entregó al agresor al cual perdonó, lo llevó a su casa y, tras decir a sus esclavos que se marchasen, le ordenó que se mantuviera a su lado como su servidor, sin imponerle otro castigo que aprender junto a él.
Sus reformas pretendían conseguir la total lealtad de los espartanos hacia la comunidad y el instrumento primordial fue el método de educación: la agogé. Los niños abandonaban a los siete años el núcleo familiar y quedaban bajo el amparo de la ciudad. Convivían hasta los 30 años, tomando conciencia de su pertenencia a una comunidad igualitaria y solidaria y llegado el caso, defenderla con su vida. Sin calzado y con una sola túnica para todo el año, los muchachos tenían que ganarse el sustento recurriendo al robo si era necesario. En su "Constitución de los espartanos" Jenofonte se preguntaba: "¿Por qué, si Licurgo creía que robar era una buena acción, eran castigados con el látigo  los jóvenes sorprendidos en robo? A lo que acto seguido respondía: "porque castigan al que roba mal".

Templo espartano de Artemis Ortia. Se celebraban rituales para honrar a la diosa cazadora que incluían danzas, coros de muchachas y la flagelación ritual de los efebos.

Desde su nacimiento, los ancianos decidían si el niño sería criado o expuesto a los pies del monte Tagieto. Los nacimientos y los matrimonios fueron los puntos fuertes de su reforma y aventajó a las demás ciudades en cuanto a la libertad de sus mujeres. Las jóvenes recibían un entrenamiento militar igual que los hombres, además de una educación centrada en la gimnasia y la danza; ya que consideraban que de cuerpos bien entrenados saldrían hijos más robustos. Además, era una sociedad sobre la que pendía la amenaza de la oliganthropía o escasez de ciudadanos, las mujeres podían concebir hijos con cualquier ciudadano libre que suscitara la admiración por sus cualidades. Por ese motivo los solteros eran tratados con desprecio: se les hacia caminar desnudos por el ágora mientras aguantaban cánticos burlones; la broma y la risa estaban toleradas e incluso Plutarco menciona que Licurgo mandó erigir una estatua en honor a la Risa. Así, cuando un afamado general que estaba soltero pidió a un joven que le cediera un asiento, éste se negó diciendo: "Tú no dejas un hijo para que me lo ceda a mí". Esta forma de hablar afilada y concisa, la llamamos "lacónica", por ser Laconia la región donde se ubicaba Esparta y fue potenciada por Licurgo. Se cuenta que hablaba de manera sentenciosa; de hecho, la Gran Rhetra sólo contaba con 38 palabras. En una ocasión, para justificar el escaso número que había decretado argumentó: los que usan pocas palabras no precisan muchas leyes". Los espartanos supieron convertir su hermetismo y voluntad de secretismo en una virtud militar al hacer uso de espionaje y comunicaciones secretas. Una de las prácticas más conocidas era la siniestra krypteia, la emboscada mediante la cual los jóvenes espartanos asesinaban a los ilotas más peligrosos para sembrar el terror entre los demás.; Aristoteles atribuye a Licurgo esta práctica pero Plutarco le descarga de esa culpa.



Cuando se hubo consolidado el nuevo sistema de gobierno, anunció que marcharía a Delfos para consultar a Apolo sobre como mejorar las nuevas leyes y les pidió a los espartanos que juraran que mantendrían inalteradas las leyes hasta su regreso. Llegado a Delfos, el dios le respondió que las leyes decretadas bastaban para que la ciudad fuese feliz, por lo que decidió quitarse la vida por inanición para no regresar y que su Constitución no se modificara. Un tipo muy curioso este viejo legislador.


Licurgo y los perros(Van Everdingen). Para demostrar que la virtud se adquiere con la educación. Licurgo soltó dos pèrros que había criado ante un plato de carne y una liebre. Uno fue a la fuente y otro cazó la liebre."Estos dos perros son del mismo padre, pero habiendo recibido una educación diferente, el uno salió goloso y el otro cazador", les dejo que mediten con su explicación.





Jóvenes espartanos. Edgar Degas, 1860, National Gallery de Londres.






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