lunes, 6 de octubre de 2014

El Dante Platónico.

El otro día se me coló por aquí Imhotep, el escriba tuerto. Me hackeo el blog y escribió un breve artículo; lo del post no va conmigo. Ahora los elementos que transitan por aquí también quieren colaborar. Hoy le voy a dar una oportunidad a Leonardo, el trovador cojo y así poder dedicarme a mi plantación de estramonio que ultimamente la tengo descuidada. Ya, y sin más preámbulos les dejo con su relamida y empalagosa prosa.


Oh, el primer amor siempre es el más hermoso, duradero, intemporal , máxime si es platónico y se le rinde culto de por vida. Ese sentimiento profundo fue el que Dante Alighieri (1265-1321) profesó a la delicada y encantadora Beatrice Portiari (1265-1290). La vio por primera vez en Florencia cuando el tenía nueve años y ella ocho. A pesar de que eran vecinos rara vez coincidieron y pocas veces se dirigieron la palabra. Pero el recuerdo de aquellos acontecimientos inspiraron dos de las obras más inmortales de la literatura universal: La vida nueva( primer exponente de "la literatura del yo"). y la Divina comedia. La primera la compuso entre 1292-1293 en recuerdo a su amada; esposa del banquero Simone dei Bardi, quién había fallecido en 1290 a la edad de veinticinco años. La vida nueva nos habla de la historia de amor perenne del florentino por aquella muchacha, cuyo nombre Beatrix significa "aquella que hace feliz" y a la que el poeta llama "donna angelicata". Este librito es la máxima expresión del "dolce stil nuovo" y está compuesto de 31 poemas líricos y 42 textos en prosa. Aquí se inicia un peregrinaje espiritual que concluye en el Paradiso, después de aparecer su amada en el segundo canto del Inferno, cuando ésta se dirige a Virgilio para encomendarle la misión de ser el guía de Dante a través del reino de la condenación y de la dicha. Podría decirse que no amaba a Beatriz, sino que le rezaba. En la Divina comedia alcanza la categoría angelical y se convierte en un elemento capital en la jerarquía de salvación de la Iglesia. Decir que le profesaba una admiración idólatra es una verdad que no cabe contradecir, a pesar de que ella se burló de él en una ocasión y en otra lo desairó; hechos narrados en la Vita nuova. Aún así  el poeta se aleja de la ortodoxia y Beatriz forma parte de una gnosis privada, ya que altera el plan de salvación en su obra maestra y adapta la eternidad a su punto de vista. No
compuso la Divina comedia para iluminar verdades procedentes del relamido dogma, sino que pretende ser la verdad. Si lo leemos desde un punto poético y  teológico, el mito de Beatriz tiene que ver más con el gnosticismo del siglo II que con la ortodoxia cristiana. Su amor no tiene que pasar por diversos juicios religiosos que conducen a la beatitud y a la santidad, sino que va directamente de la muerte a formar parte de la jerarquía de la salvación. No existen en las dos obras ningún indicio de que a la amada le rozara el pecado, ni siquiera el error. Siempre fue "la que otorga la bendición" e incluso llega a decir que a los nueve años era "el benjamín de los ángeles" y tras su fallecimiento Dante se refiere a "esa bendita Beatriz, que ahora contempla eternamente Su rostro, y que es bendecida através de los siglos". Esto hace de la Divina comedia el ejemplo supremo de la poesía religiosa occidental, además de ser un poema personal, convence a muchos de sus lectores de que en él hallaran la verdad definitiva. Su amor fue un amor desventurado, un sentimiento que perduró toda su vida, exaltado en dos obras inmortales pero que sin embargo nunca fue correspondido. Beatriz existió para Dante, pero Dante no existió para Beatriz. Dicen que el amor mueve el sol y las estrellas, pero en lo que concierne a esta pareja imperecedera, jamás sintió ella nada hacia él.


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