viernes, 16 de mayo de 2014

Emperadores "Psicópatas". Cómodo.


El último día de Agosto del año 161 d.C, Faustina, la esposa de Marco Aurelio dió a luz a Marco Aurelio Cómodo y a Tito Aurelio Fulvo; que moriría tres años después. Era un suceso extraordinario en la dinastía de los Antoninos, ninguno de ellos había tenido un hijo. Tanto Nerva, Trajano, Adriano y Antonino Pío habían muerto sin descendencia y eligieron a sus herederos con prudencia e inteligencia. Así la práctica aristocrática, la realidad biológica y la filosofía estoica se aliaron para proclamar el dogma dinástico del reinado del mejor. Marco Aurelio pudo librarse de tan delicada situación ya que su hijo era un porfirogeneta; un nacido en la púrpura imperial. El emperador puso un gran empeño en la educación de su hijo, trajo a los mejores gramáticos, retóricos y sofistas para que hicieran de su hijo un "vir bonus", un hombre cabal tal como se entendía en la tradición romana. Desde su infancia ya era impúdico, malvado, cruel y lividinoso, impuro en su boca y pervertido, vicios que afloraron cuando se instaló en el trono de Roma. En el año 177 d.C su padre hizo tomar al joven el consulado, a partir de ese momento el Imperio  y hasta la muerte de Marco se regiría por una diarquía. El emperador había hecho esto debido a la rebelión de Avidio Casio, gobernador de Siria, que pensaba que Aurelio había muerto sin dejar sucesor. Sus soldados mataron al rebelde y se concertó una tregua con los bárbaros del Danubio, así padre e hijo visitaron las provincias rebeldes y en Atenas ambos fueron iniciados en los misterios Eleusinos. Después de viaje continuaron la guerra en el norte y los recursos del imperio se drenaron en una guerra improductiva. En el año 180 d.C murió el viejo gobernador estoico y con sólo 19 años, Cómodo se proclamó emperador. Permaneció seis meses en la frontera y firmó la paz, lo que le granjeó la simpatía de muchos generales y la enemistad de otros. Muchos lo acusaron de comprar la paz, pero no directamente a él, sino al círculo más estrecho de sus colaboradores. Pero la ciudad de Roma esperaba ansiosamente y fue muy bien acogido en la capital imperial, los ciudadanos deseaban un soberano que residiese allí y no en lejanas fronteras. Visitó los templos y ofreció su primer congiario, el donativo monetario con el que los emperadores trataban de congraciarse con el pueblo. Pronto dejó el poder en manos de validos y se dedicó a fomentar sus vicios y extravagancias personales. El primero fue Tigidio Perenne, el prefecto del pretorio, este se dedicó a eliminar a los miembros más distinguidos del Senado que amenazaban su poder y las expropiaciones derivadas de las sentencias condenatorias le permitieron incrementar su patrimonio. Hizo promocionar a su hijo como senador y le otorgó el mando de una provincia danubiana. Las quejas llegaron a Cómodo que despertó de su letargo y eliminó a ambos. Enseguida volvió a ceder el poder a otro, el elegido  fue Cleandro,su mayordomo, un liberto que también era su amante. Roma cayó en un caos, Cleandro y su camarilla robaban lo que podían. En vez de dos cónsules al año hubieron veinticinco. Todos los medios para enriquecerse eran usados con desfachatez; incluso se especuló con el trigo que debía abastecer la ciudad. El pueblo marchó hacia la villa del emperador, este se aterrorizó y ofreció la cabeza del liberto clavada en una lanza. Los almacenes de trigo volvieron a abrir y el pueblo quedó satisfecho. Pero Cómodo rompió el régimen instaurado por sus sabios predecesores que se sustentaba en un firme acuerdo social con las clases privilegiadas y de manera especial con el orden senatorial.
Los principios básicos eran el respeto a la integridad y al patrimonio de la aristocracia y la apertura de cauces para la promoción social de las élites provinciales. El se enfrentó personalmente a esta base social y la situación se agravó después de un intento de asesinato, instigado por su propia hermana Lucila. Su sobrino al empuñar la daga con lo que le iba a asesinar anunció teatralmente "el senado te envía este puñal" y desde este momento se abrió un foso infranqueable entre el emperador y el poder del senado. Empezó una espiral de violencia, intentos de atentados y represalias. El imperio necesitaba administradores y Cómodo los encontró en el orden de los caballeros, siendo estos promocionados a puestos antes inalcanzables para ellos. Esto hizo que la muerte del emperador fuera inevitable y la víspera que iba a desfilar ante el senado vestido de gladiador, Marcia su esposa le ofreció una copa de vino envenenado y vomitó, los conjurados recurrieron a Narciso, un liberto joven y fuerte que lo estranguló el 31 de diciembre del año 192 d.C

   Cómodo y Hércules.


Los Emperadores Antoninos estaban muy influenciados por la filosofía estoica y cínica . Vieron en la figura de Hércules una síntesis perfecta para representar el aspecto cívico de su poder y la tendencia para poder divinizar dicho poder. Hércules  simbolizaba a el hombre aliado con los dioses que se ponía al servicio de la humanidad para culminar el orden mundial. A la  muerte del semidios, hombres y dioses lo divinizaron. Cómodo profundizó tanto que llegó a creerse el mismo Hércules. Adoptó su nombre, vistió su piel de león, se armó con su clava y de esta guisa eliminó terribles fieras en el circo. Se hizo adorar como un dios y creó un sacerdocio particular. Creó su mundo "comodiano", dio nombre a sus legiones, la flota, el calendario, las ciudades, el Senado, el Pueblo Romano..., hasta la propia Roma fue rebautizada como Colonia Nova Comodiana.



Cómodo gladiador.


Tenía nuestro personaje una cierta predilección por los espectáculos de gladiadores y él quería demostrar al público romano su pericia guerrera comportándose como uno de ellos. Mató en el anfiteatro a fieras salvajes de los más remotos lugares. Inventó unos dardos especiales con punta en forma de media luna para degollar avestruces de un solo disparo. Combatía con multitud de oponentes a los que derrotaba con facilidad llegando a triunfar en 700 combates oficiales; amañados seguramente. Llegó incluso a rumorearse que no era hijo de Marco Aurelio, sino de su madre Faustina y de un gladiador que había conocido en la costa de Caieta. Aparecía en la arena vestido de Hércules cuando iba a ejecutar a los soldados que habían perdido algún miembro durante la guerra y así provocaba la ira de sus oficiales. Cada aparición suya en el anfiteatro suponía el coste de un millón de sextercios para las arcas del Estado, lo que arruinó la economía que tan sabiamente habían gestionado los anteriores gobernantes.












*Bueno, espero que les gustaran las locuras de este degenerado hijo de su tiempo, traeré algunas perlas de estas más por el antro, hay tantas.















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