lunes, 20 de enero de 2014

Kull. Noveno Arte

Cuando Roy Thomas compró para Marvel Comic los derechos de la obra de Robert E. Howard a su albacea testamentario Glenn Lord, ya sabía el filón de buenos relatos del género de fantasía heroica que había adquirido para su editorial. Gran aficionado al género, Thomas guionizaría los personajes del autor con delicado esmero y una prosa exquisita que le llevaría a adquirir el pseudónimo del Jhon Houston del cómic en U.S.A. Debido al éxito de Conan, decide probar con Kull, narrado con pulcritud salvaje en catorce extraordinarios relatos.
 Kull nace en Atlántis, cuando aún estaba poblada por tribus bárbaras. Huérfano desde la niñez, el héroe es criado por los enormes gatos rayados del valle del Tigre. Encontrado por los hombres de las Montañas Marítimas y aceptado en su clan, se convierte en un formidable guerrero, destacando en combate contra los pictos y los piratas lemures. El carácter inquieto  que lo poseé y la total ignorancia de su origen hacen de él un ser especial y diferente, quizas influenciado por su tótem místico, El Tigre. Las aventuras del bárbaro se suceden y en una de ellas logra erigirse en rey del fantástico continente y recibe de paso, una cicatriz en la mejilla. Un grupo de fieles le acompañaran en sus múltiples batallas. Brule, un picto sediento de sangre, Alecto, comandante de los asesinos rojos, Ridondo, un juglar que canta sus hazañas, Kutholos, su filósofo personal y Tu, su anciano consejero.
 Aparece en el cómic insertado en la revista Conan a mediados de los setenta e ilustrado por Barry Smith. Pronto tendrá serie propia, Kull y los Bárbaros. El guinista habitual será Roy Thomas aunque también afila su creación Gerry Conway. Respecto a los dibujantes destacaría a los hermanos Severin, que incomprensiblemente, no cuajó en el público(sólo dibujaron siete cuadernos de la serie) y les siguieron el gran Mike Ploog en Los espejos de Tuzum Thune; Alfredo Alcalá y Michael Moyle. Cuando la serie se cancela, quedan incluidos episodios cortos del mítico monarca en La espada salvaje de Conan. En los guiones toma el relevo Charles Dixon, que sale muy bien parado del compromiso. A los lápices los artistas Val Semeiks, Dale Englesham, Ernie Chan y un largo etc.
 Las últimas pinceladas del personaje nos las dejo Roy, que retorna escribiendo las andanzas de Kull desde su nacimiento hasta que pierde la libertad por primera vez. Como dibujante se eligió a E.R. Cruz, un filipino afincado en U.S.A, que recuerda vagamente el trazo neobarroco del siempre deslumbrante Esteban Maroto.













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