La Primera Sesión de Ouija.

Valente (328-378 d.c.)

Las mayoría de los aficionados al espiritismo cree que la ouija es un invento de los mediuns decimonónicos de la Inglaterra Victoriana pero, los historiadores; esos que buceamos en las fuentes escritas, nos encontramos con documentos que desmontan teorías y creencias arraigadas en el pensamiento humano.

 Era el año 371 d.c cuando la corte de Constantinopla escuchó y contempló una historia de magia, política y paganismo. Ocurrió bajo el reinado del emperador Valente, gobernante  de religión cristiana, y los inculpados, Hilario y Patricio, fueron acusados de usar la adivinación para averiguar quién sería el siguiente en ocupar el trono imperial. Ambos habían utilizado un aparato similar a una ouija moderna. Un plato metálico grabado con las veinticuatro letras del alfabeto griego que se colocó sobre un trípode de madera. Un adivino vestido de lino, rodeado por humo de incienso, invocó a un dios pagano (posiblemente a Apolo, dios de las profecías) y sostuvo un anillo suspendido en un hilo fino encima del plato. Cuando el espíritu lo movía, el anillo empezaba a saltar sobre las letras y a deletrear palabras. Cuando el adivino formuló la pregunta acerca de la sucesión al trono, el anillo indicó las primeras letras de un nombre: T-E-O. En ese instante, uno de los participantes creyó que el nombre mencionado era Teodoro y la consulta se dio por terminada. Los participantes juraron guardar el secreto, pero los detalles de la sesión espiritista se filtraron y Patricio e Hilario fueron acusados de traición, al igual que Teodoro; a pesar de no saber nada de la sesión. Los tres, junto con otros muchos implicados fueron ejecutados por sus supuestos crímenes. Paradojicamente, resultó ser que el anillo sabía más que el hombre que adivinó el nombre de Teodoro. Siete años después moría Valente, su sucesor se llamaba Teodosio.

Curiosa ouija contemporánea con forma de plato.

Ouija clásica.